Estatuto del Bailarín profesional
El Estatuto del Bailarín y los Artistas profesionales de la danza, establece los principios generales para la práctica profesional del arte de danzar, con la dignidad y el compromiso exigibles en una sociedad libre y democrática. Estos principios conllevan compromisos deontológicos y de buenas prácticas, inspirados en las reglas instituidas durante el periplo del arte de la danza.
El Estatuto aborda los motivos y principios deontológicos, las buenas prácticas profesionales, los contratos de prestación artística y la relación con los medios de comunicación y la crítica de danza.
La profesión de bailarín/a constituye una consecución vocacional inspirada por un Arte ancestral, cuyos fundamentos están acrisolados con las aportaciones técnicas, científicas y artísticas de innumerables generaciones de artistas y maestros. En consecuencia, su logro precisa de un periodo prolongado de capacitación técnica, metodológica, física, intelectual y deontológica desde edad muy temprana.
Con esta iniciativa, pretendemos inspirar un código deontológico y una guia profesional de buenas prácticas, capaz de mejorar las relaciones interprofesionales y realzar la relevancia social de los artífices de la danza. Es, por tanto, una propuesta abierta al debate y mejora.